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La Magia de Escuchar



El Hábito que te propongo que necesitas para ser un experto en las relaciones es prestar atención a la gente cuando habla. Debes aprender a escuchar.


La mayoría de las personas no saben escuchar. Suelen tener la cabeza ocupada y piensan en otras cosas mientras alguien les está hablando. La consecuencia es que no escuchan a la otra persona con claridad y malinterpretan o no recuerdan el contenido de la conversación. Esto genera confusión, discusiones o indiferencias.


Escuchar es una disciplina que se aprende con la práctica. Hay varios pasos que puedes seguir para desarrollar el hábito de la escucha excelente.


Primero, decide desarrollar el hábito de ser un excelente oyente . Segundo, empieza hoy mismo a escuchar atentamente a la gente que te hable. Tercero, no permitas ninguna excepción hasta que te halaguen por lo bien que sabes escucharlos.


Las cuatro claves para escuchar activamente


Hay cuatro claves para escuchar correctamente. En realidad, puedes leer cualquier libro o artículo sobre el tema, y escuchar programas de audio y asistir a cursos formativos, pero, al final, todo se resume en 4 comportamientos básicos que debes seguir para ser un perfecto oyente. Estos 4 comportamientos son: escucha atentamente, has una pausa antes de responder, pide aclaraciones y repite lo que has escuchado con tus propias palabras.


1. Escucha atentamente: Concéntrate intencionalmente en la boca y el los ojos de la otra persona que está hablando. Imagínate que tus ojos son grandes focos que deben iluminar la cara de la otra persona.


Hay alguien que cree que la atención absorta es la mejor manera de adular. Cuando escuchas a alguien atentamente su autoestima sube. Se siente más importante y valioso. Se siente feliz. Y como consecuencia de ello, muestra más afinidad a la persona que le hace sentir así.


Para escuchar atentamente tendrás que eliminar todas las distracciones posibles. Si estas en tu despacho, desconecta el móvil, pon el ordenador en modo reposo, deja de lado los papeles, di a tu secretaria que no te pase las llamadas y aparta cualquier otra distracción.


Mira a tu interlocutor a la cara, inclínate hacia adelante e imagina que hablar con ella es la cosa más importante que puedes hacer. Al final, se convertirá en un hábito.


2. Haz una pausa para responder: En lugar de apresurarte a hablar cuando la persona toma un respiro, piensa entre tres a cinco segundos , o incluso más, antes de hablar , deja que haya silencios en la conversación. Este hábito de parar antes de hablar tiene 3 ventajas.


Primero, evitas interrumpir a la otra persona solo si se a detenido para organizar sus ideas.

Segundo, demuestras claramente a la otra persona que lo que está diciendo es importante para ti y que estás pensando la respuesta. Si te precipitas con comentarios y observaciones , le demuestras que en realidad no estás escuchando , sino que estas esperando una oportunidad para hablar.


Tercero, y más importante, cuando haces una pausa después de que la otra persona haya terminado de hablar, la estas escuchando más profundamente. Las palabras, al igual que el agua empapa la tierra, penetran profundamente en tu mente y entiendes con más claridad lo que quieren decir.


3. Pide aclaraciones: Nunca des por sentado que entiendes totalmente lo que la otra persona quiere decir, especialmente si hay alguna posibilidad de malinterpretar lo que dice. En lugar de eso, haz una pausa y después pregúntale que es lo que quiere decir.


Esta es mi pregunta favorita para asegurarme de que e entendido exactamente lo que la otra persona está diciendo y qué mensaje está intentando transmitirme : ¿Qué quieres decir?


Una regla importante: La persona que hace preguntas tiene el control. Cuando haces preguntas durante la conversación, estás tomando el control de la misma. Quien hace las preguntas es quien controla a la persona que las responde.


4. Repite lo que has escuchado con tus propias palabras: Desarrolla el Hábito de parafrasear lo que la persona ha dicho antes de responder. Dilo con tus propias palabras. Di algo así como ´´permíteme que me asegure de que entiendo lo que has dicho...´´


Hay dos formas de escuchar que son muy útiles para desarrollar relaciones de alta calidad. La primera se denomina escuchar para ayudar y se refiere a esas situaciones en las que escuchas únicamente como si fueras una caja de resonancia, sin esforzarte por comentar o dar consejos. Animas a la otra persona a hablar y a hacer preguntas que le ayuden a ampliar sus pensamientos. Por ejemplo: ¿Porqué dices esto? ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Qué quieres decir?


Hay veces que la gente solo quiere hablar de sus problemas con alguien que la escuche , que sienta y que la acepte. Muchos psicoterapeutas desarrollan sus sesiones enteras sentados mientras sus pacientes hablan sin parar durante 50 minutos.


La segunda forma de escuchar se denomina la escucha reflectiva. En este tipo de escucha estás continuamente parafraseando o repitiendo los pensamientos de la otra persona, pero de una forma nueva o diferente. Por ejemplo, si se está quejando de una discusión que ha tenido con su jefe, podrías reflejarlo diciendo, perece que cuando tu jefe discute afecta mucho tu autoestima.


En ambos casos, tu habilidad para escuchar hará que ta gente te aprecie y te respete más. Y como consecuencia, estará más abierta a tu participación, a tus consejos y a tu influencia. Los buenos oyentes son bienvenidos donde quiera que vayan.

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