Existen muchas fórmulas y recetas para definir los objetivos. Por norma general, ¨ cualquier plan es mejor que ningún plan¨. Uno de los mejores planes o una de las fórmulas más efectivas para mejorar la fijación de objetivos es la siguiente:
Primer Paso:
Decide exactamente, qué quieres en un área determinada, y escríbelo de forma clara y detallada. Define objetivos que sean cuantificables y específicos.
Segundo Paso:
Ponte un plazo límite para conseguir el objetivo. Si es un objetivo importante, divídelo en partes más pequeñas y fija unos plazos para cada una de ellas.
Tercer Paso:
Haz una lista de todo lo que has de hacer para conseguir ese objetivo. Si se te ocurren cosas nuevas, añádelas a la lista hasta que esté completa.
Cuarto Paso:
Elabora un plan de acciones que tendrás que hacer. Un plan es una lista de actividades organizadas de acuerdo con dos elemento: prioridad y secuencia.
Para organizarlas por prioridades, tendrás que determinar las cosas más importantes que debes hacer en tu lista para conseguir tu objetivo. En este caso se aplica la regla 80-20: el 20% de las cosas que haces genera el 80% de lo que obtienes. Si no te marcas unas prioridades claras, te dedicarás a tareas pequeñas e irrelevantes que no te ayudan a conseguir tu objetivo.
Para organizarlas por secuencia, tendrás que determinar el orden de las acciones. Crea una lista. Siempre hay actividades que no se pueden hacer hasta haber realizado otras. ¿Cuáles son? ¿Cuál es el orden o la secuencia lógica de la realización?
Quinto Paso:
Identifica los obstáculos externos e internos que te impiden conseguir tu objetivo. Pregúntate: ¿Porqué no e conseguido este objetivo todavía?.
Identifica los impedimentos o limitaciones más importantes y , a continuación, concéntrate el eliminarlos. Puede tratarse de una limitación económica o de algún otro recurso clave. Puede ser una capacidad o un hábito que necesitas o una información adicional que requieres. Puede ser la ayuda de la asistencia de una o más personas. Sea lo que sea, identifícalo claramente y trata de eliminarlo.
Sexto Paso:
Una vez que hayas determinado tu objetivo, desarrollado tu plan e identificado los obstáculos importantes, emprende inmediatamente una acción hacia la consecución de tu objetivo. Ten fe. Haz lo primero que te venga a la mente, pero haz algo para empezar avanza hacia tu objetivo más importante.
Séptimo Paso:
Haz, por lo menos, una cosa al día hacia tu objetivo, acostúmbrate a leventarte pronto cada mañana, a planificar tu día y después, a hacer algo lo que sea que te ayude a dar un paso más hacia aquello que es tan importante para ti.
El hábito de hacer algo cada día que te acerque a tu objetivo desarrolla en ti la fuerza del ímpetu.
Las acciones diarias fortalecen tu convicción de que puedes conseguir el objetivo y activan la ley de la atracción. Por consiguiente, avanzas cada vez más veloz hacia tu objetivo y tu objetivo cada vez avanza más rápido hacia ti. Pruébalo y verás.
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