
Aún recuerdo escuchar a uno de mis mentores contarme que la verdadera prueba del desarrollo personal era ser capaz de estar a solas y en silencio unos cuántos días.
Lo cierto es, aprender a guardar silencio un rato cada día es una de la prácticas que más a transformado mi vida.
Muchas a través del cine hemos aprendido que estar siempre ocupado, correteando eufórico de un lado para el otro y con el teléfono sonando constantemente es la señal del éxito personal.
Por desgracia esa ficción solo te llevará a sentirte peor contigo mismo.
La experiencia corrobora que estar sanamente ocupado en lo esencial es beneficioso para el desarrollo del proyecto y para el espíritu, pero también no disponer ni del tiempo para ir al baño, nos impide pensar con nitidez y nos conduce a tomar las peores decisiones.
Hay dos hábitos que te regalan automáticamente a quien los abraza, el acceso al mejor consejero disponible: tu sabio interior.
El primero de ellos es guardar silencio todos los días y el segundo es retírate a estar en soledad una vez al año. En una sociedad tan “intoxicada” (por el exceso de información como la nuestra) son los 2 mejores hábitos que podrás adoptar.
2 ideas clave:
1.- El silencio y la soledad nos permiten contactar fácilmente con la verdad
2.-El silencio y la soledad nos permiten conectar con la intuición
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