Nada externo a ti puede amarte o hacerte daño, porque no existe nada externo a ti.
-Un curso de milagros
Uno de los hábitos que revolucionarán tu vida y te conducirán inevitablemente a gozar de una mayor paz interior es el de considerar, por defecto, que cualquier cualidad que observas en otras personas es un reflejo de lo que tú eres. Esto funciona tanto si se trata de una virtud como si se trata de lo que valoras por defecto. Dije que te revolucionaria la vida; no que te fuese a gustar.
En su generosidad, la vida, para que puedas conocerte a ti mismo te a dotado de la capacidad de reconocer en las otras personas aquello que llevas dentro. Resulta mucho más fácil, como sabes ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. Considerar que lo que observas en el otro es un reflejo de lo que tú eres construye la vía rápida a la consciencia, al auto conocimiento y a la mayor posibilidad de éxito de cualquier proyecto en el que te embarques como emprendedor.
Ya sabes: primero desarrollo personal y luego desarrollo profesional.
El hábito consiste en corregir en uno mismo el defecto que vez en el otro. Ese hábito te convertirá en una persona consciente, y provocará que cualquier asunto en el que te involucres obtendrá mejores resultados.
Cualquier persona, la que no soportas también, es multifacética, así que al observar un defecto en alguien, estás eligiendo una pequeña parte de muchas que podrías elegir observar en esa persona. Solo podemos reconocer en lo demás aquello que llevamos dentro. De las muchas miradas que podrías tener sobre el otro, solo puedes ver aquello que reconoces, y si lo haces es porque es algo que llevas dentro.
Esto es así tanto para los rasgos de personalidad que te gustan como para los que te disgustan. Corrige en ti el defecto del otro y potencia en ti la virtud del otro, porque en el fondo, observes lo que observes solo puedes reconocer una parte de ti mismo.
Probablemente estés pensando que esto no funciona así porque eres capaz de reconocer los defectos en otras personas que no llevas dentro. Por ejemplo, tú nunca has robado ni tienes intención de hacerlo, y sin embargo muchas personas roban y sin embargo eres capaz de ver. Cuando me refiero a que eso es un reflejo de ti, hay varias posibilidades.
La primera es que tú seas eso que observas en hecho. En ese caso, efectivamente tú también serías una persona que roba. Puede que lo hagas en modo sutil. Puede que lo hagas y ni siquiera lo cuentes así. Hay incontables maneras de robar a otros seres humanos. Y casi infinitas de robarte a ti mismo…
La segunda posibilidad es que tú seas esa cualidad en potencia. Es ese caso, quizá eres una persona que se deja robar, o a la que le roban con frecuencia. A lo mejor el robo no es algo material, estoy hablando de tu tiempo, de tu paz , o de tu esperanza.. Y al verlo en el otro eres capaz de reconocerlo en ti aunque como sujeto pasivo.
También puede ser que haya parte de ti a la que le gustaría robar y que no reconoces y asumes. Como lo que se oculta tiene que salir a la luz, pues sale en forma de crítica a los demás por todo lo que roban (¡Y a ti te gustaría, aunque no te atreves a reconocerlo!).
El hábito que te propongo es que tomes conciencia de que cuando observas cualidades de otras personas – positivas o negativas – sólo estás hablando de ti mismo. Llega un momento en la vida en el que uno se da cuenta de que lo único de lo que hablamos constantemente es de nosotros mismos. Y cuando llega ese momento todo se vuelve más fácil.
En este sentido, las personas son solo un espejo que nos muestra y amplifica lo que somos.
Este hábito te proporcionará, además una estimulante y nueva visión de las relaciones humanas. Si sabes que las relaciones de los seres humanos de lo único que hablamos cuando hablamos de los demás es de nosotros mismos, dispondrás de información muy valiosa cuando escuches los comentarios que otras personas harán de tus decisiones, en especial de tus decisiones como emprendedor.
Probablemente ya habrás observado que no siempre encontrarás los comentarios alentadores. A partir de ahora no te lo tomarás cómo algo personal, porque ya sabes de lo único que pueden hablar en el fondo es de ellos mismos. No caigas en el error de novato pensando que hablan de ti. Escucha cualquier comentario como un comentario acerca de la vida de quien lo hace.
Así este hábito te proporcionará por un lado, extraordinario conocimiento sobre ti mismo, pero sobretodo una profunda paz interior al disponer de una nueva manera de afrontar las relaciones mucho más comprensiva.
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